martes, 9 de junio de 2020

EL FERROCARRIL "DIRECTO" EN ARANDA Y LOS CAMPOS DE TRABAJO EN LA POSGUERRA FRANQUISTA.

 LA HISTORIA DE LA CONSTRUCCIÓN DEL TREN DIRECTO MADRID-BURGOS.

La construcción del tren "Directo" de Madrid a Burgos comienza durante la Dictadura de Primo de Rivera (dentro del Plan Guadalhorce de 1926) pero se inaugura en el verano de 1968. Más de 40 separan el proyecto de su conclusión debido a los traumáticos años que atraviesa en ese momento la historia de España. 

El proyecto tenía como objetivo reducir en casi 100 kilómetros el recorrido entre Madrid y París, utilizando la línea recta más lógica y con ello evitando una curva pronunciada entre Madrid y Burgos (pasando por las ciudades de Ávila y Valladolid) como el trayecto existente hasta la época. La idea suscita la oposición de la “Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España” la concesionaria de la línea tradicional, los bancos prestamistas de la Compañía así como de la ciudad de Valladolid que podía quedar relegada con respecto a la red férrea española.

La Dictadura de Primo de Rivera se caracteriza por una época de bonanza en toda Europa, los denominados “felices veinte”, y de fuerte crecimiento industrial y de infraestructuras en España. Sin embargo, la crisis económica del 29 interrumpe dicha etapa de prosperidad.

Durante la II República (1931-1936) debido a la crisis del 29 y la inestabilidad política se paralizan la mayoría de las obras (aunque en 1933 se culmina el túnel de Somosierra, una de las obras más complicadas de toda la línea del “Directo”).

túnel de Somosierra 

En la Guerra Civil (1936-1939), una de la línea del frente entre los nacionales y los republicanos se sitúa en el norte de Madrid en la Sierra de Somosierra, donde se paraliza el avance nacional hacia Madrid capital desde el inicio hasta el final de la guerra. Las infraestructuras como estaciones, puentes o túneles se convierten en zonas utilizadas por ambos bandos y de concentración de soldados y armamento y por ello objeto de los ataques y bombardeos del enemigo. Por todo ello la mayor parte de las infraestructuras son dañadas o destruidas durante la contienda.

Con el inicio de la Dictadura franquista y la España de la posguerra las obras llevan un ritmo muy lento por la falta de medios económicos y la miseria generalizada de la época del hambre y la cartilla de racionamiento. Para la construcción del tren “Directo” durante la posguerra franquista se recurre a los trabajos forzados por parte de los presos republicanos. Se crean destacamentos penales donde los reclusos habitan y trabajan redimiendo sus condenas mediante la construcción de las vías férreas y las infraestructuras asociadas.

 
Destacamento penal de Bustarviejo (Madrid)

En los años finales de la década de los 50 y los inicios de los 60, España comienza la senda del crecimiento económico y con la etapa del "Desarrollismo franquista" se agiliza el proyecto del tren "Directo". 

Finalmente el tren directo Madrid-Burgos se inaugura en el verano de 1968. A la estación de Aranda acude para la inauguración el mismísimo Franco en un tour por distintos puntos de la línea férrea de camino a su descanso estival en San Sebastián. 

Desde 2011 la línea no tiene servicio  por el desprendimiento de una bóveda de un túnel de Somosierra. La conexión entre Madrid y Burgos quedó dividida en dos mitades. Hoy día solo se utilizan 25 km para el transporte de pasajeros de cercanías entre Madrid y Colmenar Viejo y los 96 kilómetros que separan Aranda con la ciudad Burgos pero solo para transporte de mercancías. El "Directo" se ha convertido en un tren fantasma. 

Estación de tren abandonada de Riaza. 

LOS CAMPOS DE TRABAJOS FORZADOS DEL FRANQUISMO Y EL TREN DIRECTO

El destacamento penal de Bustarviejo (Madrid)

El de Bustarviejo se trata de uno de los campos de trabajo forzados que existieron en Madrid durante la dictadura franquista  para la construcción de distintos tramos de la línea del ferrocarril directo entre Madrid y Burgos. 

Durante la dictadura franquista miles de presos republicanos, condenados por “adhesión o auxilio a la rebelión” a varias décadas de cárcel, pudieron redimir sus penas con trabajos forzados. Era un sistema alternativo de condena ante el hacinamiento de las cárceles franquistas. Estos presos políticos levantaron algunas de las obras públicas de la dictadura.

Bustarviejo es una pequeña localidad en la sierra norte de Madrid que conserva en sus cercanías uno de estos destacamentos penales. En este penal casi 800 reclusos republicanos desde 1944 a 1952 trabajaron en la construcción de 9 kilómetros del ferrocarril construyendo dos túneles, un puente-viaducto y una estación de tren ubicada en las afueras del pueblo. 

En el lugar conocido como “Los Barracones” pervive un edificio de planta rectangular que gira en torno a un patio central y era el lugar donde se alojaban los presos cuando no estaban trabajando. 

Habitación y letrinas del destacamento penal de Bustarviejo (Madrid)

En las colinas cercanas, visibles desde el propio penal, se situaban las casas de los familiares de los reclusos. Eran cabañas y chozas de materiales pobres construidas en ocasiones sobre el propio terreno de granito. Este sistema que hacía permanecer a los familiares en la cercanía permitía que los reclusos no intentaran la huida y aceptaran la imposición de los guardianes (las garitas de vigilancia del penal tienen más una función de protección frente a los ataques de la guerrilla de los maquis).


El destacamento penal ha sido reconvertido actualmente en un museo de la memoria. 



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